Francisco Fernández Villegas, “Zeda”

Francisco Fernández Villegas, “Zeda” (Murcia 1856-Madrid 1916).

Relatos de Zeda publicados en este blog:

Ciencia y vida. 

La sortija de bodas.

Fuente: Dipalme.org

Los habitantes de la ciudad de Salamanca, seguramente conocerán a este escritor casi olvidado, pues una calle de esta maravillosa ciudad, lleva su nombre.

Conocido con el seudónimo de Zeda, fue un literato español nacido en Murcia en 1856 y fallecido en Madrid en 1916. Perteneció a una familia de procedencia castellana y siendo niño se trasladó a Salamanca donde estudió Filosofía y Letras, y estableció un colegio del sistema Frobel,  siendo de los primeros en introducir en nuestro país la moderna escuela de pedagogía. Trasladó su residencia a Madrid, donde se doctoró y destacó como periodista, escribiendo artículos para La Monarquía, que se transformó en La Libertad; posteriormente y hasta su fallecimiento lo hizo para La Época, aunque también escribió esporádicamente para Vida Nueva y otros. No se dedicó exclusivamente al periodismo, ya que publicó novelas, cuentos, comedias y refundiciones de teatro clásico. Entre sus obras podemos destacar Salamanca por dentro, monografía de la capital; Por los Pirineos, colección de artículos de viaje; La novela de la vida, Desamor, La Fábrica, La Alquería, Tobi, Día de prueba y Sin Rumbo.

Necrológica aparecida en el diario ABC el día 16 de noviembre de 1916.

NECROLOGÍA

FERNANDEZ VILLEGAS

Anoche falleció en Madrid D. Francisco Fernández Villuegas, escritor inteligente, culto, laborioso, que había acreditado su talento en trabajos de investigaciones históricas, en curiosas y literarias evocaciones retrospectivas y en estudios críticos de notoria importancia.

Desde hace muchos años era redactor de La Época donde con el seudónimo Zeda, firmaba sus revistas teatrales, inspiradas siempre en una gran serenidad de juicio y muy estimadas por el público literario.

En otras varias publicaciones de españa y América, Zeda divulgó los tesoros de nuestra clásica dramática castellana, de la que era uno de sus documentados admiradores. Al teatro llevó con gran fortuna refundiciones tan correctas como las de Reinar después de morir y la adaptación de El honor de Sundermann, con el título de El bajo y el principal, y otras obras que en este momento se escapan a nuestra memoria.

En El Imparcial hizo también crítica de teatros y publicó interesantes crónicas, que realzaron su ya autorizado nombre como escritor y periodista de los más notables.

A su hija la notabilísima actriz Amparo Fernández Villegas, que ayer llegóa a Madrid al tener conocimiento de la gravedad se su padre; a sus demás hijos y familia, y la la redaccion de nuestro colega La Época hacemos presente el testimonio de nuestro más sentido pésame.

El entierro se verificará hoy, a las tres de la tarde.